El nombre de Mary Decker se perdió en los almanaques deportivos. Llegó a atesorar 17 récords mundiales entre pruebas oficiales y no oficiales, pero su excesiva juventud en Múnich'72 -tenía 14 años y no podía competir- y una caída en Los Ángeles'84 la privaron de la gloria olímpica, reduciendo su recuerdo al positivo por testosterona en Atlanta'96, ya con 37 años y con el estadounidense de origen cubano Alberto Salazar como entrenador.
Ganador del Maratón de Nueva York tres años seguidos, de 1980 a 1982, Salazar se convirtió en la estrella del fondo estadounidense, la esperanza para regenerar la disciplina años después. Así se presentó él mismo a Tom Clarke, entonces presidente de Nike, para fundar el conocido Proyecto Oregón.
Considerado uno de los mejores grupos de entrenamiento del mundo, el programa de la BBC británica Panorama: Atrápame si puedes ha puesto en entredicho todos sus logros al vincularlos a un dopaje masivo inducido precismente por su creador y director y que si bien aún no han implicado a Mo Farah, el atleta más reconocible del grupo y doble campeón olímpico en los 5.000 y los 10.000 metros en los Juegos de 2012, sí afectan directamente a Galen Rupp, estadounidense de 29 años, subcampeón olímpico de 10.000 en la cita londinense y el atleta prototipo del Proyecto Oregón, reclutado por Salazar con apenas 16 años cuando ya era una estrella de instituto y después de que el técnico hubiese descubierto que necesitaba trabajar con deportistas libres de "vicios".
Ni una sola prueba concreta aporta un documental cuyos testimonios dejan una duda razonable. Especialmente el de Steve Magness, segundo de Salazar, quien asegura haber leído una informe en el despacho de su jefe donde se reflejarían niveles anómalos de testosterona en la sangre de Rupp como resultado de un dopaje sistemático con microdosis desde 2002 o cómo contempló al atleta estadounidense consumir prednisona -un tratamiento contra el asma prohibido por la Agencia Mundial Antidopaje- en fechas de competición sin la exención neceria. Además, Kara y Adam Goucher, también atletas del grupo, afirman haber visto a Krupp con un goteo intravenoso antes de las pruebas.
"Nunca he tomado ninguna sustancia prohibida y Alberto (Salazar) nunca ha sugerido que las tome". Se defendía Mo Farah en un comunicado, antes de sucumbir a la presión y darse de baja en la prueba de la Diamond League de Birmingham: "Estoy enfadado porque mi nombre se ha arrastrado por el fango. Vuelvo a Estados Unidos para buscar respuestas".
Varios son los atletas británicos que ya le han pedido al doble campeón olímpico que rompa con Salazar, aunque la campaña más dura contra las dudas está encabezada por Craig Reedie. El presidente de la Asociación Mundial Antidopaje ha solicitado una investigación federal por parte del FBI como ya sucediera con el caso BALCO, donde se vieron implicados Marion Jones y Justin Gatlin, o con la más reciente intervención del Departamento de Justicia estadounidense en el caso de corrupción de la FIFA, donde un apéndice señala directamente a Nike al mencionar un posible soborno de "una empresa de ropa deportiva" por valor de 40 millones de dólares para asegurar la firma de la selección brasileña de fútbol. Precisamente Nike, que en 2013 firmó un contrato de siete años con la federación inglesa a la que pertenece Mo Farah. Precisamente Nike, que volvió a contratar a Justin Gatlin.