Montecarlo, (dpa) - La Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) sacará consecuencias del caso Caster Semenya marcando nuevas directrices en el deporte mundial.
Ya el 1 de mayo de 2011 está previsto que entre en vigor una nueva regulación de la IAAF que determine el trato a las atletas sobre las cuales existan dudas sobre su sexo.
"El COI (Comité Olímpico Internacional) opina que debemos asumir una función de piloto y modelo para todas las federaciones olímpicas", dijo hoy a la agencia dpa el alemán Helmut Digel, miembro del comité ejecutivo de la IAAF.
"No estoy de acuerdo con el procedimiento y creo que las otras Federaciones deberían asumir mayor responsabiliad", opinó Digel.
Hasta ahora, sólo expertos jurídicos y médicos del COI y de la IAAF deliberaron bilateralmente cómo se debe tratar el raro fenómeno de la intersexualidad desde el punto de vista científico, jurídico y ético sin poner en evidencia a la atleta. Eso falló en el caso Semenya.
La mediofondista sudafricana no pudo volver a competir hasta junio de 2010 después de su victoria en 800 metros en el Mundial de agosto de 2009 en Berlín. Debido a su aspecto masculino surgieron dudas sobre si en realidad era una mujer.
La IAAF ordenó durante el Mundial un test de verificación de sexo, lo que provocó un conflicto político deportivo. Hasta ahora, la IAAF no reveló si Semenya es hombre, mujer o hermafrodita. Pero se la autorizó a participar sin limitacions en competiciones femeninas.
En la próxima reunión del ejecutivo de la IAAF, en abril de 2011 en Daegu (Corea del Sur), se aprobará la nueva regla.
El presidente de la IAAF, Lamine Diack, y los expertos no revelaron detalles sobre los planes existentes.
Para Digel hay, sin embargo, cuestiones de principio: "¿Cómo se constata un tercer sexo? ¿Quién lo constata? ¿Con qué autoridad y con qué consecuencias? Estoy muy intrigado".
Semenya, tras un largo calvario, volvió de nuevo a las pistas. "A mí me parecieron muy honestas las discusiones. Para todas las partes fue muy importante ver cómo se le podía hacer justicia", comentó Digel.
Pero en carreras en Finlandia y en Berlín en agosto, la sudafricana quedó claramente por encima de los 1:55,45 minutos, su mejor tiempo en 800 metros.
"No deseo especular, pero ¿qué pasará si gana cada carrera con diez segundos de ventaja? Entonces llegarán seguro de nuevo las discusiones", teme el sociólogo deportivo. "El problema no ha sido aún resuelto definitivamente".