Una investigación con ratas llevada a cabo por científicos españoles indica que practicar actividades de resistencia de forma intensa y durante años puede ser perjudicial para el corazón.
Según los resultados del estudio preliminar, este tipo de ejercicio puede provocar alteraciones en la estructura y función del corazón, lo cual favorecería la aparición de arritmias.
Los doctores Lluis Mont y Anna Serrano-Mollar, coautores de la investigación, en diálogo con El Mundo de España, señalaron que hasta ahora se sabía que el ejercicio provoca cambios físicos en la anatomía del corazón, pero esta es la primera investigación que determina que el ejercicio intenso y mantenido en el tiempo “crea enfermedad”.
“De confirmarse en humanos, nuestros hallazgos podrían tener importantes implicaciones para quienes practican ejercicio atlético de alto nivel (como los corredores de maratón, ciclismo o triatlón)”, señalan los investigadores.
El riesgo no atañe a quienes realizan ejercicio moderado de forma regular, sino a personas que han perpetuado una actividad intensa durante 20 ó 30 años. “(El estudio) se refiere al entrenamiento crónico, porque los daños tienen un efecto acumulativo”, explicitan los investigadores.
La idea que originó el estudio surgió luego de que algunos estudios notaran la existencia de un mayor riesgo de arritmias entre deportistas sometidos a altos niveles de entrenamiento. Estos investigadores buscaron, según El Mundo, determinar los efectos del ejercicio intenso a largo plazo, lo cual debieron analizar mediante experimentos con ratas, debido a las dificultades de realizarlos en humanos.
Un grupo de roedores fue sometido a una hora de ejercicio intenso a diario durante cuatro, ocho y 16 semanas, tras lo que examinaron el estado de sus corazones. A la postre, se compararon los resultados con los de otro grupo de animales que habían permanecido sedentarios. Acorde a estimaciones de los investigadores, la intensidad y duración del entrenamiento en ratones podría equivaler en humanos a realizar una actividad física muy vigorosa durante 10 años.
Sólo los animales que habían realizado ejercicio intenso presentaban anomalías en la estructura del músculo cardiaco, lo que se conoce como fibrosis, y se registraron cambios en la función ventricular de éstos. Aunque aún no se han corroborado los resultados en seres humanos, los investigadores sostienen que los daños que el ejercicio intenso podría provocar en el corazón son reversibles mediante el cese del entrenamiento.
Fuente: http://www.elespectador.com/