"Ahora la trampa por excelencia es la química, es el dopaje, pero hace cien años había otro tipo de trampas", ha explicado Alonso, que ha comentado que "se cuenta que en los primeros Tour de Francia la gente se subía en el coche y llegaba a la meta antes".
Esa trampa que, a modo de anécdota, ha apuntado el representante de la Federación Internacional de Atletismo era "muy rudimentaria", pero en la actualidad, con los avances farmacológicos, "es más sofisticada".
Con todo, "la trampa, por desgracia, está dentro del deporte, porque todo el mundo quiere ganar y algunos, no todos, se prestan a ella", ha indicado el doctor Alonso, que cree que, dado que "siempre va a existir", lo que hay que hacer es perseguirla.
Nunca desparecerá
Para Alonso, "es un poco ingenuo pensar que el dopaje va a desaparecer, por eso lo que hay que hacer es mejorar la lucha contra él, que de hecho ha llegado a niveles muy serios, y la distancia entre el tramposo y las autoridades que van detrás es más pequeña".
Alonso ha hablado de los efectos secundarios en la salud, tanto física como psíquica, de las substancias prohibidas, como los esteroides anabolizantes, los estimulantes o los diuréticos, entre otros.
Sobre los primeros, los anabolizantes, el doctor ha recalcado que su consumo abusivo influye en la agresividad del individuo, que le llevan a la violencia y a actitudes "incluso delictivas".
"Está confirmado por ciertos estudios que se han llevado a cabo en universidades americanas que los anabolizantes crean agresividad" y se ha testado en población consumidora de esta sustancia que, en consecuencia, "cometen delitos".
En algunos casos se trata de personas que sufren poliadicción, de modo que, además de anabolizantes para desarrollar su masa muscular, consumen alcohol u otras drogas sociales como la marihuana, según ha explicado Alonso.
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