"No creo en la genética, creo en el trabajo". "En Daegu será fundamental la recuperación, son dos carreras en tres días" · "Sacar medalla en Corea o Londres sería tremendo" · "Si Bekele va al Mundial no será para hacer segundo" · "En el futuro tengo muchas esperanzas de hacerlo bien en maratón" ·
Su progresión en marcas es espectacular y en una gran cita que no vaya a la velocidad de vértigo de un mitin habrá que ver hasta dónde puede llegar el sueño de Don Jesús I de España. Conseguir una medalla en Daegu con una relación tal de figuras sería como ser titular en el All-Star de la NBA o estar nominado para el Balón de Oro. Aunque el reconocimiento recibido por este campeón de Europa y ocho veces triunfador nacional de 5.000 no sea masivo, siempre le quedará la satisfacción de que varios de los mejores atletas de todos los tiempos le miraron a los ojos y sintieron un profundo respeto. No es africano, pero concibe el atletismo como si lo fuera.
"No creo en la genética, creo en el trabajo, en el entrenamiento desde pequeño". Jesús España sabe mejor que nadie que el continente africano "ha revolucionado el atletismo de fondo" desde hace un tiempo. Pero, lejos de poner disculpas, se deshace en elogios hacia sus integrantes. Unos niños que corren desde pequeños, a veces sin zapatillas, en medio de la pobreza más demoledora. "Si en Kenia entrenan el 90% de los niños a atletismo es normal que cada año salgan unos cuantos destacados profesionales".
Sin embargo, Jesús España no quiere lamentarse de haber coincidido con semejante constelación de estrellas. "Todo lo contrario, algún día se lo contaré a mis nietos". Además, en caso de obtener un metal en Daegu o Londres "tendría mucho más valor, sería tremendo".
El 5.000 de Daegu
A las órdenes de Dionisio Alonso desde el año 2000, España se entrena principalmente en su localidad natal, Valdemoro. Este año logró mejorar su registro en 5.000 metros hasta dejarlo en un 13:04:73 en Mónaco. Porque el madrileño se ha abierto esta temporada a los grandes mítines internacionales, "un asunto que tenía pendiente".
En Daegu existe limitación de tres atletas por país. ¡Y menos mal!, porque son legión los africanos que podrían ir con buenas marcas. "El objetivo es en primer lugar pasar la clasificación y creo que lo haré a tenor de los últimos Mundiales y Juegos". Después, en una hipotética final "que sea una carrera rápida, pero que no se vaya a tope desde el principio". Al haber dos citas en tres días, "será fundamental la recuperación". Más aún para atletas como Mo Farah, que presumiblemente doblen con el 10.000.
El fondista se define como "un tío muy constante, que no tiene ni una fuerza ni una resistencia exagerada" y que está seguro de que con esa regularidad se puede "llegar muy lejos". En carrera tiene buen final y es capaz de leer bien la competición en los momentos más tensos. "Los africanos son más alocados, pero todos muy rápidos". España es consciente de que sus opciones pasan por "tener un día pletórico", pero si compite bien va a tener posibilidades.
Se sigue especulando con la presencia del etíope Kenenisa Bekele, mito del atletismo que acumula entorchados en 5.000 y 10.000 como para llenar el medallero de una potencia europea él solo. El atleta puede ir a Corea como invitado, pues su cetro de doble campeón en Berlín sigue vigente. España afirma que si la leyenda aparece en Daegu "no es para hacer segundo".
El futuro
El madrileño quiere seguir creciendo en la especialidad hasta llegar al culmen en Londres. A partir de ahí no tendría sentido cambiar al 10.000 y encontrarse a sus viejos camaradas africanos en el tartán. España quiere probar en ruta y tiene "muchas esperanzas" de llegar a ser un sólido maratoniano que siga dando alegrías a su país.
Ante una coyuntura difícil para el atletismo, sin muchos apoyos a todos los niveles, el de Valdemoro sigue peleando. "Somos de los pocos países donde no se va a televisar el Mundial en abierto". Aquel niño al que los vecinos llamaban 'Españita' en honor a su padre, que había sido futbolista en su pueblo, ha crecido. Sin dejarse en el camino ni un ápice de sencillez y con el mismo amor a sus paisanos, Jesús ha ido perdiendo el diminutivo hasta convertirse en un referente en mayúsculas del deporte europeo. Ahora es el momento de preparar el asalto al mundo. Pase lo que pase, queda España para rato.
