Guadalajara (México), 28 oct (EFE).- El brasileño Marilson Dos Santos, mejor maratonista de América, es un corredor chapado a la antigua, que no reza ni recita mantras durante las carreras porque cree que el triunfo es sinónimo del verbo entrenar.
"El maratón es fácil, cualquiera lo puede correr, lo difícil es entrenar", dijo a Efe Dos Santos, un atleta que a los 34 años pasa por el mejor momento de su vida y en abril pasado bajó su marca a 2h 06.34, la más rápida del año, sin contar la de los kenianos.
Aunque no niega la tecnología, Dos Santos tiene una filosofía parecida a la de los antiguos campeones de distancias largas como el checo Emil Zatopek, quien ganó tres títulos olímpicos en los Juegos de Helsinki y calificaba a las competencias como un respiro entre las duras sesiones de preparación.
"Para mí lo más duro de todo son esas carreras de 30 y 35 kilómetros los fines de semana, uno se entrena durante años y siempre siente dolor, por eso para mi competir es muy fácil, no repito mantras ni nada, lo mío es entrenarme bien", razona Dos Santos, quien sin darse cuenta repite el discurso de Zatopek casi 60 años después.
Dos Santos ganó ayer la final de 10.000 metros de los Juegos Panamericanos de Guadalajara con 29:00.64 minutos, un discreto tiempo, sacó más de media pista de ventaja al mexicano Juan Romero, quien al llegar a la meta calificó al sudamericano como "de otro nivel".
"Con esto acabé mis competencias de pista, ahora me concentraré en el entrenamiento de maratón porque quiero ser protagonista de los Juegos Olímpicos de Londres", dice.
Este año, Marilson, originario de Brasilia, fue cuarto en el prestigioso maratón de Londres, y aunque su registro de 2h 06:34 es el decimoquinto del mundo de la temporada, los que están delante son todos kenianos y ese país sólo podrá presentar tres competidores en los Juegos Olímpicos.
"La prueba de maratón cada vez se pone más complicada, las marcas mejoran de manera drástica cada vez, sin embargo en los Olímpicos cada país sólo puede llevar a tres competidores y aumentan mis posibilidades de una medalla", dice.
Marilson califica de ciertas sus posibilidades de ganar para Brasil medalla olímpica como lo hizo en Atenas 2004 su compatriota Vanderlei de Lima porque la carrera de maratón en los Juegos Olímpicos es diferente.
"En Londres influirán muchas cosas, el clima, el recorrido, el ambiente, pero insisto en trabajar duro porque será la única manera de estar preparado para el reto", afirma.
Es un corredor respetado hasta por los africanos, a quienes le ganó en 2006 y 2008 cuando se impuso en el Maratón de Nueva York y hoy es considerado como el único latinoamericano con condiciones para tutear con los poderosos corredores de África.
"Son los más difíciles, pero no invencibles", afirma Dos Santos, quien pronto comenzará el trabajo para ganarse un lugar en el equipo de Brasil en los Juegos Olímpicos de Londres, donde espera aplicar la antigua teoría de Zatopek, entrenarse hasta que duela sin necesidad de acudir a trampas mentales ni a otro trabajo de motivación.
EFE
"El maratón es fácil, cualquiera lo puede correr, lo difícil es entrenar", dijo a Efe Dos Santos, un atleta que a los 34 años pasa por el mejor momento de su vida y en abril pasado bajó su marca a 2h 06.34, la más rápida del año, sin contar la de los kenianos.
Aunque no niega la tecnología, Dos Santos tiene una filosofía parecida a la de los antiguos campeones de distancias largas como el checo Emil Zatopek, quien ganó tres títulos olímpicos en los Juegos de Helsinki y calificaba a las competencias como un respiro entre las duras sesiones de preparación.
"Para mí lo más duro de todo son esas carreras de 30 y 35 kilómetros los fines de semana, uno se entrena durante años y siempre siente dolor, por eso para mi competir es muy fácil, no repito mantras ni nada, lo mío es entrenarme bien", razona Dos Santos, quien sin darse cuenta repite el discurso de Zatopek casi 60 años después.
Dos Santos ganó ayer la final de 10.000 metros de los Juegos Panamericanos de Guadalajara con 29:00.64 minutos, un discreto tiempo, sacó más de media pista de ventaja al mexicano Juan Romero, quien al llegar a la meta calificó al sudamericano como "de otro nivel".
"Con esto acabé mis competencias de pista, ahora me concentraré en el entrenamiento de maratón porque quiero ser protagonista de los Juegos Olímpicos de Londres", dice.
Este año, Marilson, originario de Brasilia, fue cuarto en el prestigioso maratón de Londres, y aunque su registro de 2h 06:34 es el decimoquinto del mundo de la temporada, los que están delante son todos kenianos y ese país sólo podrá presentar tres competidores en los Juegos Olímpicos.
"La prueba de maratón cada vez se pone más complicada, las marcas mejoran de manera drástica cada vez, sin embargo en los Olímpicos cada país sólo puede llevar a tres competidores y aumentan mis posibilidades de una medalla", dice.
Marilson califica de ciertas sus posibilidades de ganar para Brasil medalla olímpica como lo hizo en Atenas 2004 su compatriota Vanderlei de Lima porque la carrera de maratón en los Juegos Olímpicos es diferente.
"En Londres influirán muchas cosas, el clima, el recorrido, el ambiente, pero insisto en trabajar duro porque será la única manera de estar preparado para el reto", afirma.
Es un corredor respetado hasta por los africanos, a quienes le ganó en 2006 y 2008 cuando se impuso en el Maratón de Nueva York y hoy es considerado como el único latinoamericano con condiciones para tutear con los poderosos corredores de África.
"Son los más difíciles, pero no invencibles", afirma Dos Santos, quien pronto comenzará el trabajo para ganarse un lugar en el equipo de Brasil en los Juegos Olímpicos de Londres, donde espera aplicar la antigua teoría de Zatopek, entrenarse hasta que duela sin necesidad de acudir a trampas mentales ni a otro trabajo de motivación.
EFE