Son poco más de 100 los atletas kenianos que viven en México. Todos, sin excepción, recorren miles de kilómetros en busca del bienestar familiar y de una mejor calidad de vida.
Distrito Federal, Estado de México y Zacatecas, son los lugares en los que se asientan en México. Desde esos puntos parten a cualquier competencia atlética que ofrezca un buen premio en efectivo, incluso en países de Centroamérica o en la frontera con Estados Unidos.
No es raro encontrarse a más de tres de ellos corriendo en los grandes maratones de nuestro País, en el que los atractivos premios económicos que se ofrecen, son sin duda su principal motor, siempre con la plena confianza en que vencerán para llevarse el dinero a casa.
Y es que el poderío de los atletas kenianos en México no es nuevo. Desde hace aproximadamemente 16 años se intensificó su llegada y el dominio crece cada año.
Eso sí, hay que aclarar que son seres humanos que al igual que todos, sienten, ríen y lloran, con la única diferencia de que en todos existe una inmensa necesidad que conlleva al hambre de triunfo y de la sobrevivencia, por lo que todos ellos llegan a nuestro País en busca de la “papa” que los alimente a ellos y a su familia en Kenia, un país sumido en la pobreza.
“No tenemos nada de especial, ninguna diferencia, somos seres humanos al igual que todos, pero todo lo que conseguimos es a base de entrenamiento, este es nuestro modo de vivir y ahora sí que si no corremos no comemos”, señala Elishia Korir Chumo, maratonista keniano que vive en Toluca desde hace seis años.
Pero no todo es alegría y felicidad en su estancia por México, puesto que al igual que todo extranjero, el competidor keniano, debe de contar con su documentación en regla y un representante que lo coloque dentro de las competiciones.
Además, la Federación Mexicana de Atletismo les retira el 14% de todos los premios que ganan en una carrera; eso se suma a un 10% que los kenianos le entregan al representante en turno.
Aunado a la soledad y pocos amigos que llegan a hacer en las competencias, el compañerismo es sólo entre los del mismo grupo.
Son muchos los sacrificios que tienen que hacer, sin duda el principal de ellos el de abandonar su tierra y sus orígenes, adaptarse a una nueva lengua y nuevas costumbres cuesta, pero sin duda la necesidad y el hambre es lo que ha hecho fuerte a los corredores kenianos en México y en el mundo
Periodico a.m
si toda la razon, los kenianos merecen ganar es su esfuerzo y se lo merecen.
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