Una sonrisa, tan natural y prodigiosa como su zancada, alcanza el éxtasis. Tirunesh Dibaba (Chefe, Etiopía, 1985) no puede reprimir más su carcajada ante toda la parafernalia que se monta por su presencia. ¡Total, ella no ha hecho nada en el deporte! Un doblete histórico en 5.000 y 10.000 metros en los Juegos de Pekín, broche de oro al logrado en el Mundial de Helsinki en 2005, es asumido con una sobriedad ilustradora. No importa el disfraz que le pongan. La monarquía del atletismo reconoce a su reina.
"Acabo de salir de una lesión y no sé cuál es mi límite", comenta mirando a Gelete Burka, compatriota y gran rival, junto a Marta Domínguez, en la San Silvestre más femenina de la historia. Dibaba no pudo estar en el último Mundial de Daegu por problemas musculares. Allí, la keniata Vivian Cheruiyot se apoderó entonces de sus dos cetros. En 2012 se disputarán la supremacía del fondo femenino. "¡Habrá que ver quién es la reina en Londres!", apunta entre risas.
Una familia de estrellas
La afición de Dibaba por el atletismo corre en la sangre de su familia. Su prima Derartu Tulu ha sido una de las grandes referentes en las pruebas de fondo durante muchos años. Además, su hermana mayor, Ejegayehou, y otro de sus primos, Bekelu, se convirtieron en sus espejos en el deporte rey de los Juegos. Como no podía ser de otra forma, se casó con un atleta. Sileshi Sihine fue el elegido. Era etíope como ella, corría sus mismas pruebas y hasta intentó imitarla con otro doblete en Helsinki. Pero le salió plata. La sombra de Bekele rompió el hechizo. "Es el trabajo y el esfuerzo el que ha llevado a mi familia hasta ahí. ¡No es lo que comemos!", bromea. "Mi caso no es como el de otras atletas que tenían que ir al colegio corriendo. Yo lo tenía al lado de casa". Sin embargo, "gracias a la ayuda de Dios pude mejorar y comencé a destacar más tarde que otros".
¿Por qué es Año Nuevo?
Esa atleta que "aguanta ritmos fortísimos y tiene un último 400 brutal", como la define Jesús España, debuta en la prueba madrileña. Es por ello que se hace numerosas preguntas. "Para mí el año empieza el 11 de septiembre, la vuestra no es una fecha importante en mi familia". De hecho, según su calendario, faltan más de nueve meses para que dé comienzo el año 2005. Antes, quiere recuperar el nivel con el que obtuvo su plusmarca mundial de 5.000 en 2008. Un 14:11.15 que heló el incipiente verano de Oslo. Ya habrá tiempo de pensar en su anhelado paso al maratón.
La campanada de Burka
Ese proyecto de futuro lo comparte su paisana Gelete Burka. La campeona del mundo de 1.500 indoor en Valencia 2008 regresa a España, la tierra de sus oportunidades. "Yo también salgo de una lesión y la distancia se me hace muy larga", aclara una atleta que esconde en un carácter dicharachero algunas de sus cartas. Entre ellas no cabe el rencor: "La caída con Natalia en el Mundial de Berlín ya está olvidada". Las otras las pone sobre la mesa, a la vez que toma por el brazo a su hermano de 20 años: "Madrid es una ciudad muy bonita. ¡Habrá que conocerla de noche!".
"Acabo de salir de una lesión y no sé cuál es mi límite", comenta mirando a Gelete Burka, compatriota y gran rival, junto a Marta Domínguez, en la San Silvestre más femenina de la historia. Dibaba no pudo estar en el último Mundial de Daegu por problemas musculares. Allí, la keniata Vivian Cheruiyot se apoderó entonces de sus dos cetros. En 2012 se disputarán la supremacía del fondo femenino. "¡Habrá que ver quién es la reina en Londres!", apunta entre risas.
Una familia de estrellas
La afición de Dibaba por el atletismo corre en la sangre de su familia. Su prima Derartu Tulu ha sido una de las grandes referentes en las pruebas de fondo durante muchos años. Además, su hermana mayor, Ejegayehou, y otro de sus primos, Bekelu, se convirtieron en sus espejos en el deporte rey de los Juegos. Como no podía ser de otra forma, se casó con un atleta. Sileshi Sihine fue el elegido. Era etíope como ella, corría sus mismas pruebas y hasta intentó imitarla con otro doblete en Helsinki. Pero le salió plata. La sombra de Bekele rompió el hechizo. "Es el trabajo y el esfuerzo el que ha llevado a mi familia hasta ahí. ¡No es lo que comemos!", bromea. "Mi caso no es como el de otras atletas que tenían que ir al colegio corriendo. Yo lo tenía al lado de casa". Sin embargo, "gracias a la ayuda de Dios pude mejorar y comencé a destacar más tarde que otros".
¿Por qué es Año Nuevo?
Esa atleta que "aguanta ritmos fortísimos y tiene un último 400 brutal", como la define Jesús España, debuta en la prueba madrileña. Es por ello que se hace numerosas preguntas. "Para mí el año empieza el 11 de septiembre, la vuestra no es una fecha importante en mi familia". De hecho, según su calendario, faltan más de nueve meses para que dé comienzo el año 2005. Antes, quiere recuperar el nivel con el que obtuvo su plusmarca mundial de 5.000 en 2008. Un 14:11.15 que heló el incipiente verano de Oslo. Ya habrá tiempo de pensar en su anhelado paso al maratón.
La campanada de Burka
Ese proyecto de futuro lo comparte su paisana Gelete Burka. La campeona del mundo de 1.500 indoor en Valencia 2008 regresa a España, la tierra de sus oportunidades. "Yo también salgo de una lesión y la distancia se me hace muy larga", aclara una atleta que esconde en un carácter dicharachero algunas de sus cartas. Entre ellas no cabe el rencor: "La caída con Natalia en el Mundial de Berlín ya está olvidada". Las otras las pone sobre la mesa, a la vez que toma por el brazo a su hermano de 20 años: "Madrid es una ciudad muy bonita. ¡Habrá que conocerla de noche!".
