Mario Vázquez Raña, el “hombre fuerte” del deporte mexicano en los últimos 37 años, renunció a sus cargos en el Comité Olímpico Internacional. Al dirigente, que es amado por algunos y odiado por otros, lo alcanzó la marcha inexorable del tiempo, ya que en este 2012 cumplirá los 80 años de edad, fecha límite para pertenecer al organismo.
El pasado jueves 15 de marzo Vázquez Raña dimitió a los siguientes cargos: Miembro de la Comisión Ejecutiva del COI, Miembro del COI, Presidente de la Comisión de Solidaridad Olímpica y Presidente de la Asociación de Comités Olímpicos Nacionales (ACNO).
Antes de quedar fuera del llamado “Movimiento Olímpico”, Mario Vázquez prefirió renunciar antes de que fuera “despojado”, por así decirlo, de su investidura en una Asamblea General frente a todos los miembros del COI. Pero lo que llamó la atención fue su renuncia a la ACNO, pues su periodo concluía el 2014 y, sobre todo, en los términos en los que lo hizo, lleno de amargura contra los que buscan la silla presidencial.
Y es que Vázquez Raña fundó, por no decir que inventó en 1979, la Asociación de Comités Olímpicos Nacionales, organismo que reúne a 204 Comités de todo el mundo. Y aunque esta Asociación aparentaba un gran poderío, así como un contrapeso determinante frente al Comité Olímpico Internacional, en realidad nunca lo ha sido en la práctica, porque la conducción de Mario Vázquez siempre fue de la mano con los Presidentes en turno del COI.
La legítima aspiración de algunos asociados por buscar la silla presidencial es observada por Mario Vázquez como una “deslealtad” y “conspiración” en su contra. Algunos dirigentes de Europa y Asia, en específico Patrick Hickey, Presidente de los Comités Olímpicos Europeos y Sheikh Ahmad Al-Fahad Al-Sabah, Presidente del Consejo Olímpico de Asia, se han movido en ese sentido, inclusive, como se hace en la política, ya se están repartiendo el pastel ante las críticas públicas del dirigente mexicano.
La única posición que mantendrá Mario, por lo menos hasta 2016, será la de Presidente de la Organización Deportiva Panamericana (ODEPA), que no es cosa menor. Aunque hay que decirlo, también en este organismo existe disidencia, tal y como se percibió en la pasada Asamblea realizada en la Ciudad de México, donde algunos Asociados pidieron votación cerrada cuando fue reelecto Vázquez Raña por otros cuatro años al cargo que ostenta desde hace 37 años
En México, la figura de Mario Vázquez inspira respeto en todos los ámbitos y no pocos viven política y deportivamente hablando bajo su cobijo. El “don Mario”, con el que muchos le llaman desde la década de los setenta, es mucho más que un tratamiento deferencial...Es el patrón.
Raúl González, en el sexenio de Carlos Salinas que fue de 1988-1994, se le enfrentó con poco éxito. Todavía está fresca aquella imagen de la conferencia de prensa previa a los Juegos de Barcelona 1992 en la que Raúl se comprometía a nueve medallas olímpicas, a su lado Vázquez Raña se iba de espaldas ante tal pronóstico. El resultado todos lo conocemos, sólo una presea de plata de Carlos Mercenario. Esto hizo que Salinas de Gortari le quitara el deporte de alto rendimiento a la CONADE y se lo pasara al Comité Olímpico Mexicano del cual Mario Vázquez era Presidente.
Ya con el alto rendimiento en el COM, muchos creían que era imposible que una Delegación Mexicana tuviera una actuación más desastrosa que la realizada en Barcelona 1992, pero sí fue posible. En los Juegos de Atlanta 1996 sólo se ganó una medalla de bronce a través de Bernardo Segura en la caminata de 20 kilómetros. Por supuesto, para los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 el alto rendimiento regresaría a la CONADE.
En el momento de mayor auge, en las décadas de los ochenta y noventa, Mario Vázquez y el italiano Primo Nebiolo, Presidente de la Federación Internacional de Atletismo, se disputaban la sucesión del español Juan Antonio Samaranch como Presidente del COI. Eran otros tiempos. Algunos piensan que en ese entonces el dirigente mexicano tuvo tanta fuerza que influyó para que el Mundial de Atletismo México 1997 fuera desechado por el gobierno mexicano tras la crisis económica de 1994, en el famoso “error de diciembre”.
No obstante el personaje, México perderá una gran posición en el Comité Olímpico Internacional y en la política deportiva mundial. La influencia de Mario Vázquez ha sido determinante para que nuestro país, en muchas ocasiones, sea favorecido, y para no irnos tan lejos, ahí está el conocido caso del dopaje por clembuterol de los futbolistas nacionales. Mario, en plenos Juegos Panamericanos de Guadalajara, anunció que intervino para revisar el caso con la Agencia Mundial Antidopaje a favor de los deportistas mexicanos. Unos días después se informaba, de manera oficial por parte de la Agencia, que los mexicanos eran exonerados…El ciclista Alberto Contador no tuvo un Mario Vázquez que lo apoyara.
Con sus claroscuros como seguramente todos los tenemos, la salida de Vázquez Raña del concierto internacional, es la salida de un mexicano influyente de un mundo político deportivo influyente, y sólo el tiempo podrá decirnos que tanto perjudicará a nuestro país la ausencia de un personaje de ese calibre.
msn.mediotiempo.com
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