El atleta paralímpico logró la marca para correr, por fin, en los juegos convencionales.
Oscar Pistorius comenzó su carrera cuando no sabía ni caminar. Irónicamente, empezó a correrla en el momento en el que perdió sus piernas. Ahora, 24 años después de que se las amputaron, es uno de los atletas más rápidos del mundo y ve muy cerca su participación en unos juegos olímpicos convencionales.
Hace una semana, en los campeonatos de su país, Sudáfrica, logró la marca mínima para participar en los 400 metros de Londres-2012: 45 segundos 20 centésimas. Ahora espera confirmación de su convocatoria al equipo sudafricano para la olimpiada y ser el primer atleta paralímpico en unas justas absolutas.
Pistorius nació en Johannesburgo, el 22 de noviembre de 1986, con una malformación degenerativa. Nunca tuvo ni peronés ni tobillos. Eso obligó a que sus padres aceptaran la amputación de sus extremidades inferiores -de las rodillas para abajo- cuando apenas era un bebé de 11 meses. Los médicos recomendaron hacer ese tenaz, pero necesario procedimiento antes de que aprendiera a caminar para evitarle traumas y sufrimientos peores.
Durante su niñez y su juventud practicó natación. Luego jugó rugby y, para colmo, sufrió una lesión de rodilla a los 18 años. Fue cuando decidió ser corredor. De inmediato se destacó en torneos paralímpicos en los que acaparó medallas. De tanto subir a podios se fijó un reto mayor: competir con atletas sin discapacidad.
Y lo hizo, por primera vez en el 2005, cuando enfrentó a deportistas convencionales en los campeonatos nacionales de Sudáfrica: quedó de sexto en la final de los 400 metros. Dos años después, en el estadio olímpico de Roma, terminó de segundo, con un tiempo de 46 segundos 90 centésimas, mientras la Federación Internacional de Atletismo (Iaaf) examinaba, con cámaras de alta definición, los movimientos y el desempeño de sus prótesis frente a las piernas de los rivales.
Fue el comienzo de un debate por el uso de sus prótesis (llamadas cheetahs , algo así como 'guepardas', 'patas de guepardo'), que tiene desde el 2004. En el 2008, la Iaaf determinó que esas piernas de fibra de carbono le daban ventaja y lo excluyó de los mundiales y olímpicos absolutos. Pero los reclamos de equidad de Pistorius encontraron eco en el Tribunal de Arbitramento Deportivo (TAS), que revocó la decisión.
Entonces, comenzó el camino para ir a los olímpicos. A pesar de las supuestas ventajas que tenía (calculadas por algunos en hasta 10 segundos) no logró la marca mínima para ir a Pekín-2008.
Sin embargo, el año pasado desafió la historia: fue el primer paralímpico que disputó un mundial absoluto, en Daegu, Corea del Sur. ¡Fue semifinalista de los 400 metros! Y ahora espera una convocatoria (que seguramente llegará) para correr en los olímpicos y dar, quizás, un pequeño paso para un hombre, pero un gigantesco salto en la historia del deporte mundial.
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