Para Helsinki, la Federación de Eslovenia ha anunciado también la presencia de Merlene Ottey en el relevo corto. Ottey, nacida en Cold Spring (Jamaica), tiene en sus vitrinas 14 medallas en campeonatos del mundo al aire libre, ocho en Juegos Olímpicos (ninguna de oro), seis en mundiales en pista cubierta y otra media docena en Juegos de la Commonwealth. Comenzó su carrera internacional en 1979 y un año después, con 20 de edad, ganó la medalla de bronce de los 200 metros en los Juegos Olímpicos de Moscú.
Desde entonces ha sido una de las grandes del atletismo moderno y ni siquiera la edad la hace desistir de seguir en los grandes torneos. Empezó a sentir el «gusanillo» olímpico en su Jamaica natal cuando escuchaba por la radio noticias de los Juegos de Montreal'76, del velocista jamaicano Don Quarrie, que luchaba por ganar. Quiso saber qué eran los Juegos y pensó que su objetivo era ser olímpica. Cuatro años después, inesperadamente, no solo se presentó en unos Juegos, sino que además subió al podio al ser tercera de los 200 tras la germana democrática Barbel Wockel y la soviética Natalya Bochina.
A Los Angeles'84, sin las atletas del Este de Europa por el boicot, se presentó ya como una de las mejores del mundo. Casada con Nat Page, vallista, hizo 'doblete' de bronces en 100 y 200, pero en Seúl'88 se quedó fuera de los podios a los que aspiraba. Barcelona'92 tampoco le dio el ansiado metal dorado, pero al menos logró el bronce en los 200 metros, y Atlanta'96, que parecía que iba a ser su única opción porque contaba con 36 años, la 'castigó' con dos platas en 100 y 200 y un bronce en 4x100.
El oro se le había escapado por una y cinco milésimas, respectivamente. Sydney'00, al margen de la plata en los 4x100 tras el relevo de Bahamas, fueron unos Juegos duros para Ottey, que fue cuarta en el hectómetro en una competición a la que llegó entre controversia y malas relaciones con la federación jamaicana. En Atenas'04 se despidió en sus séptimos Juegos tras no poder terminar su semifinal de 200 metros por un problema muscular, con lo que dejó su récord en 52 carreras olímpicas disputadas.
En 1998 se unió al entrenador esloveno Srdjan Djorjevic y se fue a vivir a Liubliana, donde posteriormente se nacionalizó por Eslovenia, para cuyo equipo ha participado desde entonces y, aún superada la cincuentena, sigue siendo una de sus reclamos.
