Esta vez no se trata de un escándalo de dopaje común como sucede en los atletas. Sino sobre la duda del sexo de una mujer que sembró confusión por tener rasgos masculinos, en el Mundial de Atletismo Berlín 2009, que generó denuncias discriminatorias por su aspecto físico y voz varonil.
Nos referimos a la velocista sudafricana Caster Semenya, quien a sus 18 años sorprendió al mundo batiendo un récord mundial en 800 metros con un tiempo 1:55.45. Pero al instante brotaron las críticas. “A esa que ganó no la considero mujer. Para mí es un hombre”, se quejó la italiana Elisa Cusma, quien finalizó en el sétimo lugar en la clasificación general.
La Federación Internacional de Atletismo ordenó un examen a los genitales de la corredora. Luego intentó vetarla en futuras pruebas y quitarle el título, pero las autoridades de su país respaldaron a la atleta, que se negó a recoger la medalla que había ganado.
Después de realizarse las pruebas médicas, el diario australiano Daily Telegraph anunció que la sudafricana era hermafrodita, carente de útero, sin ovarios y con testículos internos, productores de una cantidad de testosterona tres veces mayor a la mujer común.
La familia salió en su defensa y descartaron tal versión, incluso la ex esposa de Nelson Mandela, Winnie, defendió a Samenya y dijo que es una “heroína” deportiva y “víctima inocente” de la polémica que se ha generado sobre su sexo. Lo cierto es que Semenya demostró ser una campeona dentro y fuera de la pista.
Nos referimos a la velocista sudafricana Caster Semenya, quien a sus 18 años sorprendió al mundo batiendo un récord mundial en 800 metros con un tiempo 1:55.45. Pero al instante brotaron las críticas. “A esa que ganó no la considero mujer. Para mí es un hombre”, se quejó la italiana Elisa Cusma, quien finalizó en el sétimo lugar en la clasificación general.
La Federación Internacional de Atletismo ordenó un examen a los genitales de la corredora. Luego intentó vetarla en futuras pruebas y quitarle el título, pero las autoridades de su país respaldaron a la atleta, que se negó a recoger la medalla que había ganado.
Después de realizarse las pruebas médicas, el diario australiano Daily Telegraph anunció que la sudafricana era hermafrodita, carente de útero, sin ovarios y con testículos internos, productores de una cantidad de testosterona tres veces mayor a la mujer común.
La familia salió en su defensa y descartaron tal versión, incluso la ex esposa de Nelson Mandela, Winnie, defendió a Samenya y dijo que es una “heroína” deportiva y “víctima inocente” de la polémica que se ha generado sobre su sexo. Lo cierto es que Semenya demostró ser una campeona dentro y fuera de la pista.