En una Nota del periodico esto (http://www.oem.com.mx/esto/notas/n2696337.htm), encontramos una columna titulada "EL atletismo mexicano vive la peor crisis de su historia", desde el cambio de nombre para tratar de evitar al fisco, problemas intestinos y una auditoria que pone en tela de juicio la administración de Antonio Lozano, las aguas se han empezado a mover en la familia de este deporte que sólo sumó tres puntos, durante los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
El fondista Juan Luis Barrios y el marchista Éder Sánchez son los únicos que dieron unidades al atletismo mexicano, en la cita olímpica pasada, al ubicarse dentro de los primeros ocho lugares, en los cinco mil metros planos y 20 kilómetros de caminata.
De ahí en fuera un pálido desempeño, con atletas que no mostraron mejoría y los nuevos rostros lejos del ámbito competitivo internacional. Aunque es una palabra que disgusta, cuando no hay resultados es un fracaso directivo.
El nombre que le dio origen a este organismo deportivo es Federación Mexicana de Atletismo y en una Asamblea celebrada en Acapulco, Guerrero, se gestó la maniobra con ausencia de asociaciones que han manifestado su rechazo a la gestión de Lozano, con su nueva denominación: Federación Mexicana de Asociaciones de Atletismo.
Además, la Federación Internacional de Atletismo Amateur amonestó a México por el lucro de los cursos de capacitación organizados el año pasado, ya que los programas estructurados por el órgano rector de este deporte deben seguir las normas fijadas en todo el mundo.
La IAAF establece que no se puede lucrar con la educación, para eso aportan los recursos en la capacitación de entrenadores dentro de los diferentes niveles de acuerdo a las necesidades de las asociaciones nacionales.
Bernardo García quien fuera asistente del entrenador de origen polaco Tadeusz Kempka y cuenta con el nivel cinco, uno de los más altos en México, fue testigo de ese penoso incidente.
Lozano presumía que nuestro país tenía más de 300 pistas en todo el país, que el deporte florecía bajo su mando y la realidad que el único óvalo certificado para competencias internacionales es la de los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011, pese a que es de muy mala calidad y la del Estadio de Xalapa, que sólo le quedan cinco años de aval internacional.
Entrenadores como Raúl Barreda sufren el desprecio federativo, los salarios de entrenadores de CIMA, desde hace un mes no pasarán por las manos de la Federación y falta conocer qué medidas tomarán asociados y organismos directivos para cambiar la inercia negativa de este deporte, en todas sus disciplinas, porque ni la caminata, ni el fondo tenemos nivel.
Nota: olimpionico6
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fuente: http://www.oem.com.mx/esto/notas/n2696337.htm