Alemayehu Bezabeh, el único atleta sancionado en la archivada Operación Galgo, ha expiado sus culpas. A mediados de enero, en uno de los cross nacionales programados -Elgoibar o Itálica- o, en febrero, en un medio maratón, la distancia en la que se va a centrar a partir de ahora, el atleta que fue detenido el 9 de diciembre de 2010 en compañía de su entrenador Manuel Pascua cuando supuestamente se iba a someter a una autotransfusión cerrará el episodio más sórdido de su vida.
Su reencuentro con el atletismo se producirá después de haber cumplido los dos años de una sanción guadianesca -entre marzo de 2010 cuando le absolvió la Federación Española de Atletismo por falta de pruebas y junio de ese año cuando falló el Comité Español de Disciplina Deportiva (CEDD) estuvo apto aunque no corrió- en una circunstancia que legalmente tiene poca consistencia.
"Su sanción fue firme y como nadie recurrió era ejecutable. Pero si hubieran presentado un recurso extraordinario después de que se anularan todas las pruebas, probablemente lo hubiera ganado", dice un jurista español. No, Alemayehu, etíope de origen y nacionalizado español desde julio de 2009, no quiso recurrir.
Que tampoco dominara el lenguaje español con soltura supuso también una barrera. Apenas aguantó dos meses. Esperó a que naciera su hija Amén y, en febrero, se marchó a Addis Abeba. Sin ningún tipo de ayuda, retirada la beca por aquella sanción, no podía mantenerse con los pocos ahorros acumulados en un pequeño piso de Vallecas alquilado.
Pero allí, en la capital africana, la vida es más llevadera. Su hija ya ha aprendido a correr. La casa es modesta y aún no está terminada. Algunos amigos le han echado una pequeña mano para que parezca más acogedora. "No se considera culpable de nada. Siente que ha sido descaradamente utilizado como cabeza de turco", cuenta un amigo.
En Etiopía, dicen, no ha dejado de entrenarse. Lo ha hecho como cuando competía, descontando los días hasta que la sanción venciera. No se ha empleado en ninguna otra cosa. Siempre se sintió atleta y siempre confió en que volvería, a pesar de aquel turbio episodio. La duda de los tres meses.
El Comité de Competición de la Federación Española de Atletismo (RFEA) aún no ha notificado oficialmente que la sanción ha vencido. El organismo ha tenido que revisar su caso después de que el CEDD le transfiriera el caso y le obligará a dilucidar sobre si los tres meses que su sanción estuvo en el limbo deben ser computados o no.
Los juristas que dirimen los casos en la RFEA han considerado que debe contar, pues Bezabeh lleva sin competir desde el 15 de noviembre de 2010 cuando corrió el cross de Quintanar de la Orden. Ha cambiado en planteamientos.
El campo a través lo utilizará como base para acumular volumen de cara al medio maratón y el maratón, las dos distancias que todos sus compatriotas y los kenianos han descubierto tardíamente y donde más beneficios puede recoger.
Seguirá fiel al Bikila, el club en el que encontró refugio cuando en 2004 llegó a España en busca de una oportunidad. Comenzará de cero, sin ningún tipo de ayudas federativas. Tampoco tiene previsto en un principio competir en el Campeonato del Mundo de cross este año. "Pero tampoco va a dejar de lado el campo a través", dice quien ha hablado con él. Seguirá viviendo en Etiopía, donde está su familia. Se desconoce quién será su entrenador. En ningún caso sería Pascua.
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