El mexicano Noé Hernández, subcampeón olímpico de los 20 kilómetros marcha en Sydney 2000, aseguró hoy que su motor para luchar por la vida ha sido comprobar la cantidad de gente que le quiere y rezó por su salud tras recibir un disparo.
"Mi motor para seguir adelante han sido todos ustedes, es difícil darme cuenta cuánta gente me quiere, después de tanto tiempo de ganar la medalla olímpica, agradezco las oraciones", dijo el deportista retirado luego de abandonar el hospital.
Hace nueve días, Noé, de 34 años, recibió un balazo en la cabeza cuando estaba en un bar con unos amigos. Por el disparo perdió el ojo izquierdo y presenta una mínima visión en el derecho, lo cual podría ocasionar que quede ciego.
Sin embargo, el atleta mostró buen ánimo al salir del hospital, dijo que ha cambiado su forma de pensar y ahora comienza la batalla de su vida. "Me encuentro bien en el aspecto social, empiezo a valorar toda la vida, a darme la oportunidad de volver a vivir", agregó. Hernández aceptó que la recuperación será larga, más no se dará por vencido en su afán de reinsertarse a la sociedad.
El marchista retirado abandonó hoy el hospital en medio de un gran dispositivo de seguridad y ahora empezará un periodo de más de dos meses de rehabilitación física y neurológica.
Según el doctor Carlos Castillo, el deportista está sin fiebre y no tiene lesión neurológica; su cráneo requirió siete placas, pero no se pudo rescatar el ojo izquierdo, mientras el derecho presenta una pobre visión de alrededor del siete por ciento.
Hernández fue plata en los Juegos Olímpicos de Sydney y tres años más tarde terminó cuarto en los Mundiales de Atletismo de París 2013 con 1h18:14, su mejor tiempo.
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