El Tribunal Antidopaje de Italia (TNA) dispuso esta tarde tres años y medio de inhabilitación para Alex Schwazer, campeón olímpico en Pekín 2008 de los 50 kilómetros marcha, por el positivo por EPO que dio en un control antidopaje llevado a cabo días antes de los Juegos de Londres 2012.
Según informó esta tarde el Comité Olímpico Italiano (CONI), la sanción al atleta, que quedó excluido por este motivo del equipo de Italia para la cita londinense, empieza a contar desde el 30 de julio de 2012, día en el que se sometió al control antidopaje, por lo que expirará el 30 de enero de 2016.
Esta sanción, que permite al deportista, de 28 años, volver a competir en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016 si quisiera, reduce en seis meses los cuatro años de inhabilitación que el pasado diciembre pidió la Fiscalía del Comité Olímpico Italiano al enviarle ante el Tribunal Antidopaje.
La Fiscalía del CONI pedía la inhabilitación durante cuatro años para el corredor en base a los artículos 2.1, 2.2 y 2.6 del Código de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), así como por el 3.2 de las Normas Deportivas Antidopaje.
En una rueda de prensa el pasado agosto, Schwazer, quien daba por terminada su carrera tras dar positivo, aseguró que, tras tres años muy difíciles, no pudo más y terminó sucumbiendo a la idea de doparse, una decisión que definió como "un gran error" y sobre la que decir que lo siente mucho "sería demasiado poco". "Estaba cansado y no podía más.
Mi sueño era hacer un trabajo que me diera satisfacción. No tenéis ni idea de cuánto sacrificio hay detrás de cada carrera y cuando va mal eres un gran imbécil...", dijo el italiano, quien explicó que cuando fueron a su casa para hacerle el control no se vio con fuerzas de intentar evitarlo, porque solo quería que todo terminara lo antes posible.
El atleta aseguró además que la medalla de oro lograda en Pekín en 2008 queda totalmente fuera de sospecha, porque entonces "estaba totalmente limpio", y que el uso que hizo del EPO a mediados de julio de 2012 lo hizo sin ayuda de nadie, ni siquiera a la hora de inyectarse la sustancia dopante.
EFE
