Con Epo, un minuto menos
Mientras en una dirección de correo electrónico de la Federación Española de Atletismo se espera un email de la IAAF con una resolución sobre el caso Marta Domínguez que no llega, a 600 metros de ese edificio, en el INEF, hay catarsis sobre el dopaje en las jornadas que organiza la futura Agencia Española de Protección de la Salud.
Miguel Cardenal, el secretario de Estado, habla de que las autoridades españolas antidopaje están "no sólo para perseguir, sino también para proteger a los atletas que juegan limpio", y Ana Muñoz, la directora de la Agencia, vuelve a pedir que le den las bolsas de la Operación Puerto y esboza lo que, para ella, sería el marco ideal: "La especificación del deporte, por su trascendencia, dentro del derecho penal", para que así doparse pudiera ser contemplado como fraude e incluso como delito.
La razón, por la que defiende el cambio reglamentario, es por equipararse a los países del entorno. "Armstrong vino a Girona, porque era fácil doparse en España, aunque es cierto que esto está cambiando", remarca Ikwuakor, jurista de la Usada. "¿Ahora Las Ligas profesionales? Eso es más complicado. Hay muchos lugares donde aún no llegamos por competencias", sostiene.
La clase magistral, mientras, la imparte Sandro Donati, ex entrenador italiano, médico, pero, sobre todo, azote del dopaje. Expone el retraso que el antidopaje lleva por no haber querido las autoridades abordar el asunto a tiempo: "Hasta que no murió el ciclista Tom Simpson en el Mont Ventoux -cóctel de anfetaminas- en 1967, el COI no consideró hacer controles", recuerda y deja unos datos significativos: las autotransfusiones aportan entre 3 y 5 segundos de ventaja en 1.500 m., y entre 30 y 40, en 10.000. Con la Epo, en esta distancia, se gana un minuto.
Marca.com
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