A mediados de diciembre del pasado año 2012, la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) dio a conocer la suspensión de dos años por dopaje de la discóbola rusa Darya Pishchalnikova, subcampeona de los Juegos Olímpicos de Londres, capital de Gran Bretaña.
Casi cinco meses después, el diario ruso “Sovetski Sport” ha publicado una entrevista con el presidente de la Federación de Atletismo de esa nación, Valentín Balajnichev, en la que éste da a conocer la decisión tomada interinamente por su organización: suspensión por diez años de la mencionada atleta, tras haber dado positivo al consumo de la sustancia prohibida “oxandrolona”.
“La situación es prácticamente criminal, y no es posible apelar para cambiar la situación. Solo nos queda aceptarlo y tratar de aprender la lección”, declaró al medio de prensa el dirigente deportivo. Según la decisión del Comité Antidopaje de la federación rusa, la descalificación de la atleta comprende el período entre el dos de noviembre del 2012 y el primero de noviembre del 2022.
De acuerdo con el reporte, el primer análisis practicado a la atleta dio negativo, pero más tarde un estudio más minucioso y con una tecnología de la Agencia Mundial Antidopaje, reveló la presencia del fármaco. La oxandrolona es un esteroide conocido como un buen agente promotor de fuerza y ganancias con calidad muscular, comúnmente usado para ciclos de competencia.
Un comunicado de esa entidad, que se puede leer en su sitio digital de Internet, señala que “todos los resultados de Pishchalnikova obtenidos entre el veinte de mayo y el dos de noviembre del pasado año, quedan anulados”. De este modo, ratifica que la medalla de plata que conquistó en los Juegos Olímpicos de Londres con marca de 67,56 pasa a manos de la china Li Yanfeng, quien registró 67,22.
Como se había informado en diciembre pasado, los cambios en el podio olímpico de Londres se completan con el traslado de la cubana Yarelis Barrios al tercer lugar (lanzó el implemento hasta los 66 metros 38 centímetros), por lo que obtiene la medalla de bronce, segunda presea que logra en su destacada trayectoria deportiva. Como se recordará, la ganadora de la prueba fue la croata Sandra Perkovic, con 69,11, récord para su país.
El anuncio de la sanción decidida por la federación rusa, que eleva a diez años su ausencia de las competencias atléticas, además de ser muy lamentable (representa el adiós definitivo al deporte activo) indica claramente que muy poco se ha hecho en ese inmenso país por eliminar las trágicas consecuencias del dopaje.
Para Pishchalnikova es su segunda suspensión, que se agrega a otras acaecidas en ese deporte desde hace ya muchos años, y que provocaron en un momento dado la llamada de atención de la IAAF a las autoridades deportivas de Rusia. En este punto no podemos olvidar las suspensiones en el 2008 de Yelena Soboleva, Gulfiya Khanafeyeva, Yulia Fomenko, Svetlana Cherkasova, Olga Yegorova y Tatiana Tomashova.
En enero del 2012 fueron también separadas del atletismo por doparse Tatyana Aryasova y Tatyana Kotova, y en abril del presente 2013 la campeona olímpica de Atenas, Olga Kuzenkova; la balista Svetlana Kriveleva, bronce igualmente en los Juegos del 2004, y la corredora de 400 metros planos, Yelena Churakova.
Ha habido otras, pero es suficiente. Lo cierto es que estas sanciones representan una lamentable mancha en el rico historial deportivo de Rusia, abanderada incansable desde que encabezara la extraordinaria Unión Soviética. Tal vez lo mejor ahora sea ejecutar drásticas medidas, muy por encima de continuar “aprendiendo lecciones”.