Pensar hace dos décadas que China se convertiría en una potencia del tartán era en ese momento algo utópico, pero la demostración del vallista Liu Xiang en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 rompió con muchos paradigmas. Nació el 13 de julio de 1983 en Shanghai, al este de China.
Su carrera internacional comenzó a dar frutos en 2001 con sus triunfos en los Juegos de Asia Oriental y la Universiada Mundial, este último con un tiempo de 13.33 segundos en los 110 metros con vallas. El gran salto en sus registros los dio al año siguiente al romper el récord asiático con 13.12 segundos, lo que representó el ascenso meteórico de aquel exitoso ciclo.
En 2003 se llevó el bronce en el Campeonato Mundial de París, para convertirse en un aspirante a medalla olímpica. Para los Juegos de Atenas, el campeón olímpico vigente, Anier García, llegó un poco disminuido por lesiones, por lo que el estadounidense Terrence Trammel lucía como favorito para el oro, pero en la Final, Liu Xiang dio su mejor exhibición y no solo llegó primero a la meta, sino que además igualó el récord mundial que tenía el británico Colin Jackson desde 1993 con 12.91 segundos.
Trammell se quedó con la plata con 13.18 segundos y García alcanzó el bronce con 13.20. En el país más poblado del mundo, con alrededor de mil 300 millones de habitantes, Liu Xiang se convirtió en héroe nacional. La expectativa era que el campeón olímpico de apenas 21 años de edad llegaría en plenitud a los siguientes Juegos, en su tierra.
En los Campeonatos Mundiales de 2005 fue sorprendido por el francés Ladji Doucouré y se conformó con la plata por apenas una centésima de diferencia, pero en Osaka 2007 hizo honor a su estatus de monarca olímpico y se llevó el oro. Un año antes, en Lausana, Suiza, fijó un récord mundial de 12.88 segundos, por lo que finalmente completó el ciclo al que aspira un atleta en cualquier prueba: campeón olímpico, mundial y poseedor de la marca del orbe. Pero su primera gran caída ocurrió precisamente en su tierra.
Al alejarse de la vida pública para concentrase en su preparación, también se corrió el rumor de que estaba lesionado. Todo se confirmó al momento de salir a calentar al heat eliminatorio en el Estadio Olímpico de Beijing: Xiang, con un evidente rictus de dolor, ni siquiera tomó la salida y regresó al vestidor para la desilusión de una nación entera.
Al igual que al legendario Aquiles, fue el talón lo que derrotó al campeón y no un rival. Aquella lesión lo alejó 13 meses de las pistas, por lo que también se quedó sin participar en el Mundial de Berlín 2009.
En Daegu 2011, plenamente recuperado, llegó tercero a la meta, pero la descalificación del campeón olímpico Dayron Robles, por darle un empujón en plena carrera a Xiang, llevó al chino a la medalla de plata, su cuarta en Campeonatos Mundiales. En 2012, igualó el récord mundial de Robles de 12.87 segundos, que había meses antes de Beijing 2008. Con esto se vislumbraba una épica batalla entre estos dos monstruos y el estadounidense Aries Merritt para los Juegos Olímpicos de Londres, pero en la eliminatoria, el chino tropezó con la primera valla y nuevamente se lesionó en el tendón de Aquiles del pie derecho.
Al incorporarse, se dirigió primero al túnel de salida, luego cambió de dirección y fue hacia la meta, únicamente apoyado en su pie izquierdo, le dio un beso a la última valla de su carril y se reunió con el resto de los competidores de su heat. Xiang fue llevado de inmediato a un hospital y ahí mismo en la ciudad olímpica se le practicó la cirugía. Tras su triunfo en Atenas 2004, Liu Xiang solo pudo ser derrotado por Liu Xiang en sus siguientes apariciones olímpicas. Aquella icónica escena pudo ser la última en Juegos Olímpicos del gran campeón chino, pero eso solo lo dirá el tiempo.
Fuente: Terra