Sin africanos, estadounidenses, caribeños y otras «amenazas» sobre el tartán, el atletismo europeo comienza su fiesta bianual este martes en Zúrich, en el mítico estadio Letzigrund, un marco incomparable (como dice el tópico) para disfrutar de este deporte. El francés Renaud Lavillenie, que a principios de año destronó a Sergey Bubka como plusmarquista mundial de pértiga en pista cubierta con un salto de 6,16 metros, y el británico Mo Farah, son las grandes estrellas de un cartel con más de 1.600 atletas.
Las finales directas de 5.000 y 10.000 metros, que no tienen rondas previas, han supuesto un aliciente para Farah, recuperado de la lesión que le apartó de los Juegos de la Commonwealth. En Zúrich puede completar la triple corona de dobletes del fondo después de los que obtuvo en los Juegos de Londres 2012 y en el Mundial de Moscú 2013. Lavillenie, que no pudo participar en el Mundial indoor de Sopot (Polonia) también por lesión, busca en Zúrich su tercer título continental consecutivo y su vigésima victoria seguida.
España acude con 73 atletas, 43 hombres y 30 mujeres (es baja de última hora la fondista Loli Checa). Ramón Cid, director técnico de la RFEA, se atrevió con un pronóstico: entre cuatro y seis medallas. La responsabilidad cae, sobre todo, en Ruth Beitia (altura), Eusebio Cáceres (longitud), Miguel Ángel López (marcha) y los fondistas y lanzadores.
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