Lesiones del Corredor: 4 consejos claves para
evitar desanimarte cuando tienes una lesión
Primero antes que nada, cualquier dolencia, predisposición que mostremos
para recuperarnos de una lesión es determinante para agilizar este proceso de rehabilitación,
para ver cosas positivas durante el mismo y para que nuestro estado de ánimo no
cambie.
Para una recuperación exitosa requiere de un cierto grado de aceptación por
parte del corredor lesionado, que con frecuencia, a todos nosotros nos
cuesta.
Te aconsejamos seguir estos 4 consejos claves
1) Busca apoyo en buenos profesionales
A menudo, se debe recabar más de una opinión entre los médicos del deporte
y fisioterapeutas, para tener un diagnóstico que nos convenza y podamos
ponernos en sus manos, para esto te recomendamos visitar el sitio de Voy al Doc,
ya que conecta a pacientes con doctores y con servicios médicos en todo
México y que nos podrán ayudar a curar y mejorar más deprisa. Además
tendrás acceso a todas las especialidades
médicas explicadas, información y agendas de cientos de doctores
cercanos a tu colonia, y la posibilidad de agendar una cita a cualquier hora,
ya que a diferencia de los consultorios, sus servicios están disponibles las 24
horas del día. Es un consejo muy
extendido, pero creemos que muy acertado.
2) No te desanimes, ni mucho menos te deprimas
Relajarse y aceptar lo que te ha pasado, mejor te recuperarás. Busca
el lado positivo de estar lesionado, y ponte a trabajar en tu recuperación
activamente.
3) Convivir con tus amigos, Descansar y Viajar
Descansar, tomar una cerveza con los amigos, planearse ir a un corto
viaje, etc. Te ayudaran a olvidarte de la lesión, y podrás reinventar tu
temporada en cualquier momento y fijarte nuevos objetivos para cuando vuelvas a
la actividad.
4) Errores
¿Te has
lesionado por no estirar? ¿Por no ir al masajista? ¿Por llevar un calzado
inadecuado?, etc. Pues si no es así, toma nota para que estos errores no se
repitan, busca el lado bueno a este contratiempo; Sabemos que hay
lesiones inevitables, o accidentales, como una torcedura de tobillo, por
ejemplo, pero otras nos llegan, en ocasiones, por culpa de nuestro olvido y
prisas.