Scott Jurek es uno de los más grandes ultramaratonistas de todos los tiempos, sigue una dieta elaborada científicamente y posee varios récords mundiales en 50 millas, 50 kilómetros, 100 millas y 100 kilómetros.
En 2006, este “animal puro de carrera” según la definición del escritor Christopher McDougall, viajó a Chihuahua en México para competir en una carrera de 50 millas contra los tarahumara, una tribu que habita las montañas de México desde tiempos inmemoriales. Jurek, quizás el mejor ultramaratonista del mundo en ese momento y equipado con el mejor calzado y una vestimenta aerodinámica, terminó en segundo lugar, detrás de Arnulfo Quimare, el más rápido de los tarahumara, quien corrió con un taparrabos, una blusa suelta y calzado con huaraches.
Consultado más tarde sobre el desenlace de la carrera, Jurek no ofreció disculpas: “Me preguntaron si me dejé ganar y la respuesta es, no, me ganó en buena ley”, dijo el atleta americano.
Siempre es difícil establecer una comparación con otros deportes pero aquí van un par de ejemplos para poner en perspectiva la hazaña de Quimare. Lo que ocurrió aquella vez en Copper Canyon (como conocen los americanos a las montañas del norte de México) es como si el campeón mundial de Fórmula Uno fuera derrotado por un desconocido en un automóvil modelo 2008. O como si el Barcelona de Messi llegara a Chicago y cayera ante un grupo de amigos de Cicero.
‘Nacidos para Correr’
En su libro ‘Nacidos para Correr’, McDougall dice que los tarahumara son super atletas por una simple razón: no utilizan los actuales calzados deportivos de marcas famosas y siguen una dieta simple, la misma que sus antepasados han saboreado durante cientos de años.
Los tarahumara o rarámuri, un vocablo que significa ‘hombres de pies rápidos’ o corredores a pie’, han sido esquivos a la civilización occidental desde 1600, cuando enfrentaron a los conquistadores españoles, y más tarde cuando escaparon a las garras del capitalismo, que arribó a Chihuahua para llenarse sus bolsillos de dólares con la explotación de las minas.
Escondidos entre las montañas, los tarahumara se han dedicado a subsistir en base a la recolección de frutos o persiguiendo animales durante días y cientos de kilómetros. Su alimentación tiene una base de maíz, frijoles y calabaza y uno de sus productos típicos es la chía, una bebida energética con antioxidantes que alguien describió como ‘un Red Bull de hace 10,000 años’.
Con esas simples armas y casi sin un entrenamiento establecido, los ‘hombres de pies rápidos’ han sorprendido al mundo en más de una ocasión, como en 1994 cuando Juan ‘el Guinness’ Herrera superó en las 100 millas de Leadville, Colorado, a la americana Ann Trason, quizás la mejor ultrafondista femenina de la historia, con 20 records mundiales en su haber, quien venía de superar a todos los hombres que se habían registrado en las 100 millas de Western States en California.
Mucho tiempo antes, dos corredores tarahumara cuyos nombres no aparecen en los registros representaron a México en la maratón de los Juegos Olímpicos de Amsterdam de 1928, con un desempeño regular y alcanzando los puestos 32 y 35. Ambos atletas no comprendían que la distancia de la maratón era de apenas” 42 kilómetros e intentaron seguir corriendo tras el fin de la prueba, argumentando que la competencia era “muy corta, muy corta”.
A través de los años varios tarahumara se convirtieron en leyendas con sus triunfos contra ‘gringos’. Entre ellos figuran, además de ‘el Guinness’ Herrera y Quimare, los nombres de Victoriano Churo, Cirildo Chicarito.
Idea de ‘Caballo Loco’
Micah True, un legendario corredor de largas distancias americano y apodado ‘Caballo Loco’, que un día de 2012 apareció muerto -luego de salir a correr a pie- a la vera de un camino en Nuevo México, tuvo la gran idea de organizar la carrera de 2006 entre Quimare, Jurek, la ultramaratonista Jenn Shelton y otros fondistas locales. Para dicha edición invitó al escritor Christopher McDougall, con la idea de hacer conocer a los ‘rarámuri’ entre el gran público americano.
El libro ‘Nacidos para Correr’ de McDougall, convertido en un inmediato best seller, fue el resultado de dicha competencia. Y no sólo eso: el libro explica la costumbre de los tarahumara de correr enormes distancias con un calzado escaso o inexistente, y esto ha marcado una tendencia, ganado de paso adeptos en los últimos años.
La idea es simple. Los humanos, según el mencionado libro, no han nacido para utilizar los actuales calzados deportivos y se sienten más a gusto con una simple suela o descalzos, muy a pesar de marcas como Nike y Adidas.
Pero el gran público ‘blanco’ -con o sin tenis en sus pies- no ha conseguido replicar la energía y la resistencia física, cultivada entre las montañas de Chihuahua desde antes de la llegada de Hernán Cortés a México, de los tarahumara, los hombres con los pies naturalmente más rápidos del planeta.
Fuente: http://www.vivelohoy.com/deportes/8450142/los-tarahumara-orgullo-de-mexico
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