Resulta que el supuesto centro de dopaje de un montón de atletas africanos, entre ellos, también supuestamente, Genzebe Dibaba, una de las mejores del mundo en la actualidad, no se encontraba en las lejanas altiplanicies de Etiopía… sino en ¡Sabadell! ¿Por qué en Sabadell? ¿Por qué en España? Por el momento no se sabe, evidentemente, pero me parece que nuestro país sigue viéndose por ahí fuera como un paraíso del dopaje. Una desgracia de la que tiene culpa mucha gente sin conciencia.
Marta Domínguez, Paquillo Fernández, Alemayehu Bezabeh, Antonio Jiménez Pentinel, Alberto García, Josephine Onyia… Operación Puerto, Operación Galgo, Operación Grial… Sí, da la impresión de que hemos sido (¿seguimos siendo?) un paraíso del dopaje.
Además, la legislación española se ha desarrollado históricamente de forma titubeante, equivocada, errática. Diseñada tradicionalmente mal por los sucesivos gobiernos españoles. Ahora estamos calificados por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) como país que no cumple, porque no ha regularizado su legislación. El laboratorio de Madrid no puede hacer controles. Aquí hay que hacer notar que esa armonización no se ha hecho porque no hay gobierno en España tras las últimas elecciones. Un inciso: no oigo a ningún político hablar de deporte, sino para dar saltos cuando marca un gol España o mandar telegramas de apoyo a los deportistas españoles que triunfan. Pero no sé qué opinan del dopaje, ni de todo lo demás. Y el deporte mueve a millones de personas en este país y a miles de millones de euros.
Volviendo a lo anterior. A menudo, cuando se ha cazado a alguien, se le ha intentado exculpar. Normal que en algunos países nos vean como el lugar al que hay que viajar para cargar las pilas. Ya me entendéis. Los que miran para otro lado sabrán si su conciencia está limpia.
Pero, según parece, en el paraíso ha surgido un guardián poderoso, un ángel con espada de fuego dispuesto a arrojar de él a los pecadores. Me refiero a la AEPSAD, es decir, y para describirla en plata: la Agencia Antidopaje Española.
Desde hace un año venía siguiendo las andanzas del técnico somalí Jama Aden, que prepara a un grupo numeroso de atletas, sobre todo africanos, y que estaba enamorado de Sabadell, según parece. Allí, en el hotel Arrahona, le detuvieron los Mossos (la policía autónoma catalana). acusado de suministro y tráfico de sustancias dopantes. Y en las habitaciones registradas se ha encontrado EPO, anabolizantes y 60 jeringuillas utilizadas. No se molestaban ni en esconder las cosas en lugar seguro. Como Paquillo, por cierto, que tenía en su casa todo un arsenal dopante.
La operación se ha hecho de forma impecable, porque la AEPSAD mantenía perfectamente informada a la Federación Internacional de Atletismo, que coincidiendo con la detención del tal Aden desplazó a Sabadell a seis médicos antidopaje para realizar análisis inmediatos a sus atletas, que estaban allí, entre ellos Genzebe Dibaba, plusmarquista mundial de 1.500 metros, campeona al aire libre en esta misma distancia, bronce en 5.000 y varias veces oro en Mundiales en pista cubierta. Una joya, que parece que era un poco falsa.
¿España, paraíso de dopaje? No sé si ahora lo es, espero que no, pero así nos ven desde fuera. Eso está claro. Los atletas de Jama Aden pasan a ser sospechosos en su totalidad. ¿Y por qué estaban en Sabadell y no en otro lugar? ¿Quién les suministraba toda esa ponzoña venenosa? ¿Qué pinta Andorra en todo este negocio? ¿Y Font Romeu? Me parece que la cosa va a llegar bastante lejos y no descarto que salpique a algún español.
Fuente: http://blogs.as.com/carros-de-fuego/2016/06/dibaba-espa%C3%B1a-para%C3%ADso-del-dopaje.html