20.61 en los 200 metros. Visto así, en frío, no fue una gran marca pero la cosa tenía truco porque el protagonista, un chaval de apenas 15 años y 332 días llamado Usain Bolt, se había convertido en el campeón mundial junior más joven de la historia. Era 2002 y, pese a lo notable del logro, nadie podía prever que 15 años después estaríamos hablando del mejor velocista de todos los tiempos.
El camino ha sido largo y dorado, muy dorado, así que nada mejor que una fiesta en el National Stadium de Kingston (Jamaica), sede de aquel Campeonato del Mundo Junior, para despedir al hombre que elevó el atletismo a la categoría de arte. La cita es el próximo 10 de junio en la segunda edición del Racers Grand Prix, que organiza Glen Mills, padre de la velocidad jamaicana y entrenador de Bolt.
'Adiós a una leyenda', que así se llama el evento, va a reunir a lo más granado del deporte rey de los Juegos Olímpicos. No es para menos porque no todos los días se despide de los suyos una figura de la dimensión de Bolt, que aún deberá poner punto y final a su incomparable carrera en el Campeonato del Mundo de Londres del próximo mes de agosto. Esa será su despedida oficial de la competición pero esta reunión, la de Kingston, será la que le arranque más lágrimas.
Gran cartel
Y claro, nadie se lo quiere perder. El 8 de junio, apenas dos días antes, la Diamond League tiene una cita en Roma pero eso no va a impedir que atletas de la talla de Mo Farah, David Rudisha y Wayde Van Niekerk arropen a Bolt en este día tan emotivo. La presencia del sudafricano, el hombre llamado a coger su testigo como gran estrella del atletismo mundial, es especialmente relevante porque ambos no se verán las caras en la cita londinense (donde Bolt correrá los 100 metros y Van Niekerk los 200 y 400). Un duelo directo en los 100 metros del Racers Grand Prix, la prueba que cerrará la reunión, sería el mejor colofón posible. ¿Lo veremos? Con franqueza, aún no se sabe.
Lo que sí sabemos es que Yohan Blake y Asafa Powell, compatriotas, rivales y amigos de Bolt, también estarán en la línea de salida. Blake es además compañero de entrenamiento del rey de la velocidad y durante mucho tiempo se perfiló como heredero a la corona, pero un cúmulo de lesiones han lastrado su carrera. Ahora parece que empieza a ver la luz al final del túnel así que no es tarde para asumir su destino.
La entrada más barata, por cierto, cuesta menos de 8 euros. Bolt se quiere despedir de su gente y no quiere que el dinero sea un problema. ¿Se puede ser más grande?
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