A Ruth Jebet, atleta bahreiní de origen keniano y vigente campeona olímpica de 3.000 obstáculos, nadie le va a quitar su oro en los Juegos de Río pero su imagen he quedado degradada para siempre por un positivo que le va a costar, a la postre, cuatro años de sanción.La historia comenzó el 1 de diciembre de 2017.
Aquel día, Jebet, de 23 años, se hizo un control de orina fuera de competición en Kapsabet (Kenia), que posteriormente sería analizado en Estocolmo, dando positivo por EPO.Jebet siempre defendió su inocencia no porque no tomara la sustancia sino por desconocimiento.
"Tengo 21 años y no sé de medicinas y suplementos, pero tengo que decir que la última vez que tomé tabletas e inyecciones me las dio el terapeuta Nicholos Togom, que me dijo que era bueno para la regeneración muscular, pero no sabía que esas sustancias estuvieran prohibidas. Por supuesto, si las encontraron en mi orina soy responsable por ello, pero nunca las he tomado intencionadamente", explicó la bahreiní en 2018 tras estallar el escándalo.
El 20 de julio de 2018, la Unidad de Integridad del Atletismo de la entonces IAAF -y ahora World Athletics- anunció su suspensión provisional, que ya es firme desde ayer.
En total con cuatro años que le alejan de las pistas hasta febrero de 2022, por lo que no podrá defender su corona olímpica, título que no pierde porque la sanción sólo le anula los resultados conseguidos desde el 1 de diciembre del 2017 al 18 de febrero de 2018, toda vez que no competía desde esta última fecha.
En ese periodo, por cierto, Jebet disputó la mayoría de las pruebas más prestigiosas del circuito de campo a través de España, ganando en Venta de Baños y Elgoibar. Jebet se impuso en Río con un tiempo de 8:59.75, segunda mejor marca de la historia.
En su paseo triunfal en la capital carioca, con apenas 19 años, logró aventajar en más de siete segundos (9:07.12) a la segunda clasificada, la keniana Hyvin Jepkemoi.Doce días después, el 27 de agosto de 2016, Jebet establecía una plusmarca mundial (8:52.78) en París, registro que permaneció en el libro de los récords hasta julio de 2018, cuando Beatrice Chepkoech voló en la pista del estadio Luis II de Mónaco (8:44.32).
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