Meses después de separarse de su progenitor, busca el doblete 1.500-5.000 para acercarse a los mejores de la historia. "No hago experimentos, no pruebo nada nuevo", explica el campeón olímpico
Jakob Ingebrigtsen no es un tipo simpático. Puede reunir a un pequeño grupo de periodistas internacionales y decirles que no quiere hablar de su familia, de su equipo y de sus planes de entrenamientos. Puede responder con monosílabos. Puede conceder apenas dos o tres sonrisas en más de 20 minutos de conversación. Y tanto da. Jakob Ingebrigtsen no está en Eugene para ser el más agudo, para provocar simpatías, para complacer a nadie. De hecho, como le pasó con los estudios y la lectura, es posible que haya calculado el desgaste físico que le provocan las entrevistas y simplemente trate de minimizarlo. Jakob Ingebrigtsen está aquí para seguir su camino. Destino: el Olimpo. Allí donde hay una decena, Nurmi, Zapotek, Keino, Coe, Cram, Aouita, Morceli, Gebrselassie, El Guerrouj, Bekele, Farah y paren de contar. Después de su victoria en los 1.500 metros de los Juegos Olímpicos de Tokio, si aquí consigue su objetivo, el doblete en los 1.500 y los 5.000 metros, se propulsará en ese imaginario de estrellas del tartán.
Y lo hará, además, lejos de su padre, Gjert Ingebrigtsen, que tanto le marcó. Porque en febrero "por culpa del desgaste", Gjert dejó de su entrenador y ahora Jakob, a sus 21 años -recuérdenlo para la siguiente respuesta-, se entrena solo. Al principio trataron de justificarlo con una supuesta enfermedad del progenitor, pero al final acabaron reconociendo que era separarse o dejar de hablarse.
¿Ahora cómo planifica su preparación?
Tengo mucha experiencia. Soy profesional desde hace mucho, llevo siguiendo el mismo programa de entrenamientos desde hace 10 años. En realidad, no hay mucha diferencia. No hago experimentos, no pruebo nada nuevo. Simplemente tengo un programa en el que creo y, si hace falta, lo voy adaptando. Si tengo alguna duda llamo a Henrik y Filip [sus hermanos mayores, ambos campeones de Europa de 1.500] y ya está.
Dos días atrás, Jakob Ingebrigtsen superó la primera ronda de los 1.500 metros, si no hubo una tremenda sorpresa, enlas semifinales de la distancia y hoy se disputará la final. Luego aún le quedarán las series de los 5.000 metros el jueves y la final de esa distancia el domingo, uno de los platos fuertes del cierre del Mundial. La última vez que intentó el doblete, hace tres años en el Mundial de Doha, se quedó sin podios, pero ahora asegura que está mucho mejor preparado. "En Doha ya era mejor que el cuarto en los 1.500 metros y el quinto en los 5.000 metros. Fue una gran decepción. Pero después de aquel Mundial mucha gente se paró por la pandemia, se lesionó, no pudo mantener el nivel y yo año a año mejoré mi velocidad. Ahora estoy más preparado", asegura Ingebrigtsen que en ningún momento de la charla nombra a su padre, Gjert.
De alguna manera se quiere alejar de su propia imagen, esa que creó la serie 'Team Ingebrigtsen', un reality con exagerado éxito en Noruega que sigue todos sus pasos desde que tenía 10 años. En ella se mostró cómo Gjert evaluó su fisiología cuando sólo era un niño, cómo lo escogió entre sus hermanos, cómo guio sus pasos con exageradísimos detalles científicos [nunca puede entrenar por encima del 87% de su esfuerzo máximo, por ejemplo] y, en definitiva, cómo lo convirtió en el atleta que es. El método de Gjert siempre fue protagonista de sus éxitos y, al parecer, ya está harto. Una motivación más, aunque de esas nunca le faltan.
¿Crees que puedes llegar a batir el récord mundial de El Guerrouj en los 1.500 metros?
Probablemente no. [Pasan unos larguísimos segundos] Es como preguntar a un corredor de 100 metros si puede bajar de nueve segundos. Me queda una gran distancia, aunque estoy más preparado que antes y espero ser más rápido en el futuro. Primero tengo que bajar de 3.28 segundos, luego de 3.27 y entonces ya podremos hablar del récord [es 3.26].
Habla Ingebrigtsen y sólo habla de correr, de seguir corriendo. De hecho admite que su vida "es aburrida" porque trata únicamente de correr, comer y descansar, luego correr, comer y descansar, más tarde correr, comer y descansar. Después del Mundial ya planea concentrarse en altura en Sankt Moritz, en Suiza, intentar ganar los 1.500 y los 5.000 metros del Europeo de Múnich de agosto e incluso ya estudia sus entrenamientos hasta el Europeo de cross que se disputará en diciembre. Jakob Ingebrigtsen no es un tipo simpático, pero es muy bueno en lo que hace, quizá tanto como los más grandes de la historia. Y ahora quiere demostrar que no necesita a nadie, ni tan siquiera a su padre Gjert, para hacerlo.
fuente: elmundo.es