MARCA
Yulimar Rojas llegó a ir segunda en la final de triple salto del Mundial de Oregón. Quizás eso sea lo más reseñable de un concurso en el que confluían dos tipos de atletas: las 'humanas', que luchaban por la plata y el bronce y alcanzar los 15 metros, y la 'diosa' venezolana, que perseguía un nuevo récord del mundo y acercarse a esa barrera casi mitológica de los 16 metros.
"Yuli está bien. Está fina y rápida. Vamos a ver qué es capaz de hacer", decía un día antes entre bambalinas Iván Pedroso, el hombre que ha cincelado a fuego el interminable cuerpo (1.92) de la sudamericana, que atesora un físico portentoso y una cabeza privilegiada en la que se mezclan la ternura de una niña y la ambición de una guerrera.
Rojas arrancó el concurso con un salto de 14.60 (+0.3), una distancia más que respetable en las piernas de cualquier otra triplista del planeta pero que en su caso es una marca casi desechable. Tras salir del foso y sacudirse la arena, la venezolana pedía calma a la grada.
El asunto es que la jamaicana Shanieka Ricketts, que ya había sido segunda en Doha 2019, voló hasta los 14.89 (+1.7) en su primer intento, liderando la prueba tras la primera ronda. Una distancia que finalmente la tiñó nuevamente de plata -cerró el podio la estadounidense Tori Franklin con 14.72-.
Cuarto salto de Yulimar Rojas, que fue muy largo pero nulo.
Cuarto salto de Yulimar Rojas, que fue muy largo pero nulo.EFE
Este oro es un premio a la constancia y a la voluntad, porque no he podido competir todo lo que me hubiera gustado
Yulimar Rojas
La 'broma' duró un suspiro, el tiempo que tardó Yuli en poner las cosas en su sitio con un segundo salto de 15.47 (+1.9), el sexto más largo de siempre y el segundo de la historia de los mundiales tras el antiguo récord del mundo (15.50) de Inessa Kravets en Goteborg 1995.
Con el oro en el zurrón, empezaba una nueva final para Yulimar. La venezolana pasaba por boxes y hablaba largo y tendido con Pedroso, que le daba indicaciones para los cuatro saltos restantes.
El tercero fue también bueno (15.24) pero fue en el cuarto donde acarició su confeso objetivo, el de un nuevo récord mundial. De hecho, Yuli salió disparada del foso como un resorte celebrando un salto que parecía larguísimo.
El asunto es que pisó la tabla con claridad (12.2 centímetros) e invalidó un vuelo que rondaba los 15.75. El viento además era excesivo (+3.4), así que no hubiera valido a efectos de plusmarca.
Ocho de los diez mejores saltos de siempre
Tras un segundo nulo en el quinto, voló hasta los 15.39 metros (+0.5) en el sexto y último pese a un deficiente talonamiento, cerrando así un día más en la oficina con dos de los diez saltos más largos de la historia.
"Ha sido un día bonito. No ha sido una de mis mejores competencias pero he logrado un buen registro teniendo en cuenta además que venía de una preparación corta y que tuve que sobreponerme a una lesión", aseguraba la reina del triple tras su victoria.
Quería al menos romper el récord de los campeonatos (15.50) pero Budapest está a la vuelta de la esquina y hay que enfocarse en eso
Yulimar Rojas
"Este oro es un premio a la constancia y a la voluntad, porque no he podido competir todo lo que me hubiera gustado.
Hacía mucho frío y mucho viento cambiante que me desconcentraba un poco y no encontré la mejor carrera, pero estoy feliz porque ya estoy en mi mejor forma física", añadía la venezolana en zona mixta.
"En los primeros saltos estaba un poco tensa porque venía de una lesión. A partir del segundo salto, cuando liberé toda esa tensión, Iván me pidió que disfrutara. Quería al menos romper el récord de los campeonatos (15.50) pero Budapest está a la vuelta de la esquina y hay que enfocarse en eso", recordó.
"Mi meta más importante son los 16 metros y sé que estoy cerca. Siento que lo tengo en mis piernas pero hay que ajustar detalles. Espero acercarme a esa barrera en mis próximas competencias", finalizó.
Mi meta más importante son los 16 metros y sé que estoy cerca. Siento que lo tengo en mis piernas pero hay que ajustar detalles
Yulimar Rojas
Rojas tiene ya ocho de los diez mejores saltos de todos los tiempos. Sólo la mencionada Kravets (15.50) y la camerunesa Françoise Mbango Etone (15.39), doble campeona olímpica, resisten el asalto de la venezolana, que es cuestión de tiempo que las 'borre' de los registros estadísticos.
Yuli además suma seis títulos mundiales entre aire libre y pista cubierta y a sus 26 años se acerca peligrosamente a los nueve de Iván Pedroso, algo de lo que siempre ha presumido el mito cubano de la longitud mundial, que motiva a su pupila rentándola a superar este registro.
Veremos de qué es capaz Rojas, que no pierde un concurso mundial u olímpico desde Río 2016, en los próximos años pero hoy por hoy, sólo hay dos cosas seguras en el atletismo mundial: una es que la pista mide 400 metros y la otra, que el oro del triple es para Yulimar Rojas. Y eso que no ha podido competir en la longitud...